Senderismo

Senderismo

Recorrer las sendas del Espacio Cultural y Natural de Las Médulas es probablemente la forma más divertida y gratificante de explorar sus paisajes.

Las hay para todos los gustos y niveles físicos. Son rutas que ofrecen ricas experiencias y nuevas perspectivas gracias a la creación de un estrecho vínculo entre los encantos del pasado y del presente que convierten a Las Médulas en un maravilloso paraje.

Nuestras sendas

Senda de las Valiñas

ESTADÍSTICAS DE LA RUTA

Distancia: 18,14 km

Desnivel positivo: 528 m

Desnivel negativo: 528 m

Dificultad técnica: Moderado

Altitud máxima: 982 m

Altitud mínima: 487 m

TrailTank: 24

Tipo de ruta: Circular

La senda de las Valiñas, que parte de la localidad de Las Médulas, puede recorrerse a pie o en bicicleta pues está en gran parte asfaltada, aunque restringida al tráfico, ya que da acceso a los cultivos de castaños. Tiene su punto de inicio al final de la calle principal, desde el Aula Arqueológica y junto al Centro de Recepción de Visitantes por los que se accede a una barrera donde los vehículos a motor ya no pueden entrar.
Numerosos ejemplares de castaños envuelven los primeros pasos del caminante a través de la pista que desciende suavemente hasta alcanzar la fuente de la tía Viviana. Después de un descanso o de saciar la sed, la pista continúa con su pavimento asfaltado facilitando el tránsito senderista.

Cuando el firme se convierte en tierra, un muro de piedra y una valla de madera escoltan el paso hasta divisar la Cuevona. Así se conoce el excepcional proceso de ruina montium de la explotación aurífera y las maravillas que, la erosión y el paso de casi 2000 años, han labrado horadando su relieve.

Después de admirar el paisaje que se divisa desde la entrada de la Cuevona es momento de ascender hasta la Encantada. Las vistas a la entrada de esta cavidad son espléndidas para abarcar una panorámica de impresión de las notables dimensiones de Las Médulas y ver hasta dónde se extendió la actividad minera.

Para regresar hay que retornar desde la Cuevona y tomar una senda que surge a la derecha discurriendo por un atractivo panorama natural entre castaños para regresar al punto de inicio.

Es una ruta circular de baja dificultad con una longitud de 3,5 kilómetros y desnivel de 80 metros. Puede realizarse en una hora caminando o en 30 minutos, si se recorre en bicicleta.

La senda en imágenes

Senda Perimetral

ESTADÍSTICAS DE LA RUTA

Distancia: 14,56 km

Desnivel positivo: 476 m

Desnivel negativo: 476 m

Dificultad técnica: Moderado

Altitud máxima: 981 m

Altitud mínima: 525 m

TrailTank: 21

Tipo de ruta: Circular

Es la más larga (14,5 kilómetros) de las rutas señalizadas que existen en Las Médulas y bien merece la pena recorrerla (en cuatro horas) para disfrutar de unos panoramas de excepción del Espacio Cultural y Natural.

Para encontrar su punto de inicio basta divisar la iglesia de San Simón y San Judas Tadeo en el pueblo de Las Médulas para situarse ante su primer indicador. Conduce, por pista de tierra, entre arbustos y enormes troncos de castaños, por el camino que se dirige a la localidad de Yeres.

Al llegar a un cruce señalizado hay que continuar en dirección al mirador de Pedrices. Hacia la izquierda se sigue la senda que, en apenas 0,5 kilómetros, discurre en paralelo a la sierra de la Cabrera, cuyo perfil montañoso se abrirá estupendo, hacia el occidente de Las Médulas, al alcanzar el mirador. Desde su ubicación, las vistas resultan abrumadoras con los lagos de Carucedo y Somido, la localidad de Las Médulas, lugar de partida, y alcanza hasta el embalse de Campañana, envueltos por un paisaje rojizo de picuezos y de verdor vegetal.

La senda continúa en ascenso y comparte un tramo con la senda de Reirigo. Cuando se alcanza un nuevo cruce se divisa el indicador hacia las galerías y mirador de Reirigo. En apenas cien metros se vislumbra imponente el pico Reirigo y los restos de galerías mineras, así como un nuevo mirador con vistas magníficas de la atalaya.

De retorno de nuevo a la pista, el itinerario continúa por un bonito tramo en dirección al Campo La Braña, con vistas a un excepcional panorama natural y, al mismo tiempo, para reponer fuerzas aprovechando su área recreativa, ya que dispone de sombra y bancos, además de una fuente.

A continuación, se distinguen los restos de uno de los canales que transportaban el agua hasta la explotación minera, mientras comienza a asomar la silueta del monte Ferradillo y los Montes Aquilianos. El itinerario de regreso se realiza entre castaños por el camino del Mirador y desemboca en la carretera en las inmediaciones de la localidad de Las Médulas.

Es una ruta idónea para realizarse en bicicleta de montaña o en familia, si los más pequeños del grupo están habituados a la práctica del senderismo. Como está conectada con la senda de las Valiñas esta ruta se puede acortar siguiéndola.

La senda en imágenes

Senda de Reirigo

ESTADÍSTICAS DE LA RUTA

Distancia: 3,47 km

Desnivel positivo: 242 m

Desnivel negativo: 46 m

Dificultad técnica: Difícil

Altitud máxima: 974 m

Altitud mínima: 773 m

TrailTank: 24

Tipo de ruta: Solo ida

Esta senda es una de las más apetecibles de Las Médulas pues invita constantemente a recorrerla. Se cruza y comparte trazado con otras de las existentes: la senda de Las Valiñas y la senda Perimetral que conduce al mirador de Pedrices).

El atractivo de este itinerario que se inicia en la localidad de Las Médulas, junto al Aula Arqueológica, sorprende al comenzar su recorrido superando un fuerte ascenso para alcanzar los 979 metros de altitud. Aquí se sitúa el mirador de Reirigo, asomado a un panorama impresionante de Las Médulas e incluso de los Montes Aquilianos. El esfuerzo, por tanto, se ve recompensado.

El recorrido está jalonado de elementos muy interesantes como el bosque mediterráneo que la envuelve con una rica variedad botánica de encinas, castaños, alcornoques, madroños, quejigos y rebollos. Así como por las huellas de la minería representadas por las murias (enormes acumulaciones de piedras) y las galerías.

Es un itinerario de nueve kilómetros de longitud, con dificultad media-alta y que requiere tres horas para ser realizado en un trayecto circular. La ruta que no es apta para niños poco habituados a la montaña, ni tampoco para personas con vértigo y que prefieran las sendas con escaso desnivel.

La senda en imágenes

Senda de la Palombeira y desfiladero de La Balouta

ESTADÍSTICAS DE LA RUTA

Distancia: 6,45 km

Desnivel positivo: 371 m

Desnivel negativo: 24 m

Dificultad técnica: Moderado

Altitud máxima: 755 m

Altitud mínima: 388 m

TrailTank: 11

Tipo de ruta: Solo ida

La Senda de la Palombeira y el desfiladero de La Balouta conforman una ruta ideal para conocer las labores extractivas que se llevaron a cabo en la mina romana. Recorre 8,2 kilómetros de longitud en un itinerario circular que tiene su punto de inicio y fin en Salas de la Ribera, localidad del municipio de Puente de Domingo Flórez.

La cavidad de la Palombeira, también denominada de las Palomas, recibe su denominación porque antaño dichas aves anidaban en su interior. Los vecinos aprovechaban su abundancia mediante la caza y la recolección de huevos. También recogían el guano para emplearlo como abono en las huertas.

Es una extraordinaria cámara de amplia entrada y angosto pasaje que normalmente está anegada en su lecho. Aparte de lo vistosa que resulta, la cueva posee la curiosidad de ser el resultado de la actividad minera.

Se trata de una antigua galería de extracción de estériles tallada a golpe de pico en los blandos materiales de esquisto pizarroso. Por su interior se sacaban estos depósitos gracias al empuje del agua que después era conducida hacia el río Sil por la garganta de La Balouta hasta la zona de Salas de la Ribera.

Punto de partida para visitar la cueva de La Palombeira

Para visitar la cavidad de la Palombeira hay que salir de Salas de la Ribera. Nada más abandonar el pueblo, la senda discurre por campos de labor entre viñedos, olivos, encinas y alcornoques hasta llegar a un altozano.

Se trata de un magnífico mirador natural con una buena perspectiva del trayecto recorrido por el valle. El núcleo que se divisa más cercano es Salas de la Ribera y, detrás del pueblo, aparece el río Sil, Puente de Domingo Flórez y los vecinos pueblos de Sobredo y Quereño, este último ya ubicado en las próximas tierras orensanas.

Al llegar a un primer cruce se toma hacia la izquierda, mientras que en la segunda encrucijada de caminos no hay pérdida, hay que orientarse hacia la derecha por el camino que se dirige hacia el pueblo de Las Médulas por la cueva de la Palombeira y el lago Somido en 5,5 kilómetros.

Las grandes rocas (murias), fruto de la extracción de los estériles por el empuje del agua y un bosque de castaños indican la cercanía de la cavidad de la Palombeira. Su boca asoma llamativa por su gran apertura de 11 metros de altura y por el contraste de tonalidades del gris de la roca y el sustrato de aluvión rojizo contra el verde del musgo y las abundantes plantas que tapizan sus rincones más húmedos. El lecho de la cueva suele estar cubierto con agua ferruginosa por lo que no se puede caminar por el interior, aunque se prolonga 170 metros.

La senda continúa desde la cueva hacia una nueva bifurcación señalada con un gran castaño. En una corta distancia se encuentra el despoblado de La Balouta. Compuesto de apenas seis casas de las que solo una mantiene todavía en pie su arquitectura tradicional. Incluso en ruinas, el conjunto rural aún conserva el encanto de los pequeños núcleos tradicionales.

En el paraje abunda el almez, un árbol que crece en zonas de climatología mediterránea más suave que la berciana. Son árboles de madera blanca, muy empleada antaño para labores de torneado, mientras que sus raíces servían para teñir de amarillo. Las oquedades de la roca calcárea del entorno sirvieron para acoger las dependencias de cuadras, hornos y gallineros. Junto a sus arruinados muros se abre una estrecha garganta de roca que ofrece un ameno pasaje a los senderistas.

Llegar a la garganta de La Balouta

La garganta de La Balouta es un corto pero vistoso desfiladero natural de altas paredes, donde se ven las oquedades originadas por la erosión en la roca caliza, fruto del paso de abundante agua por la zona. Es una circulación hídrica natural que los romanos aprovecharon para evacuar el agua empleada en las actividades mineras hacia la cuenca del Sil.

Al salir del desfiladero, los castaños y encinas envuelven a los caminantes en un trayecto del itinerario que discurre por un antiguo lecho fluvial hasta alcanzar el punto de partida en la localidad de Salas de la Ribera.

Si optamos por realizar todo el recorrido finalizando en Las Médulas (distancia de 9,8 kilómetros desde el inicio) debemos contar con vehículo de apoyo para regresar o bien realizar el recorrido caminando en un trayecto de ida y vuelta de 19,6 kilómetros.

La senda en imágenes

Senda del lago de Somido

ESTADÍSTICAS DE LA RUTA

Distancia: 1,97 km

Desnivel positivo: 16 m

Desnivel negativo: 18 m

Dificultad técnica: Fácil

Altitud máxima: 744 m

Altitud mínima: 722 m

TrailTank: 21

Tipo de ruta: Solo ida

El pequeño lago Somido (Sumido) protagoniza un agradable recorrido desde el pueblo de Las Médulas. Comprende una longitud de cuatro kilómetros, en trayecto de ida y vuelta, con un trazado de baja dificultad.

Para alcanzar el lago Somido se han de atravesar praderías y montones de cantos rodados, extraídos de los conglomerados de la montaña (murias), puesto que esta era la zona donde antaño se ubicaban los antiguos lavaderos de la mina romana en los que se extraía el oro.

Esta es la razón por la que el itinerario deja al paso pequeñas charcas que se suman a las lagunas Pinzais, Larga y el propio lago Somido, destino de esta ruta. El lago tiene su origen en los cambios del flujo hídrico natural que provocó la explotación minera para conducir el agua a través de los canales de lavado de lodos procedentes de las montañas.

Los mismos materiales arrastrados produjeron el taponamiento de los canales dando lugar a lagos de carácter endorreico (sin desagüe natural) como hoy se comprueba con la presencia del lago Somido. La zona era el lugar de evacuación de estériles hacia la llanura del Chao de Maseiros pero al rellenarse, después del cese de la actividad minera, dio lugar al pequeño lago.
El lago es un vistoso paraje húmedo envuelto de vegetación de carrizos y juncos que en verano prácticamente se seca. Es hábitat de reptiles y anfibios como el tritón ibérico (especie endémica del noroeste peninsular), el tritón palmeado, la salamandra común, la ranita de San Antonio, el sapo común y la rana verde.

La senda, que atraviesa la última área en explotación de la mina romana, se prolonga hasta el mirador de Chao de Maseiros para obtener una extraordinaria panorámica de las transformaciones originadas por la mina romana. El valle se rellenó con gran parte de los estériles pues era donde se depositaba el cono de deyección de los estériles extraídos junto con las zonas de la Brea en Carucedo y La Balouta. Su acumulo rellenó el valle dando origen al lago de Carucedo. Junto a la masa de agua se observa el pueblo de idéntica denominación y, en la distancia, la presa de Campañana.

La senda en imágenes

Senda de los Zufreiros del Frade

ESTADÍSTICAS DE LA RUTA

Distancia: 6,45 km

Desnivel positivo: 371 m

Desnivel negativo: 24 m

Dificultad técnica: Moderado

Altitud máxima: 755 m

Altitud mínima: 388 m

TrailTank: 11

Tipo de ruta: Solo ida

Una de las rutas familiares más espectaculares de Las Médulas es la que conduce hasta los alcornoques o zufreiros del Frade. Posee una distancia de 5,8 kilómetros de ida y vuelta. Aunque su trazado es en ascenso (188 metros de desnivel) se hace de manera suave, de tal modo que es asequible para cualquier nivel senderista.

El inicio de la senda se encuentra bien señalizado, junto al aparcamiento de la localidad de Lago de Carucedo. Rebollos, encinas, alcornoques y arbustos de madroño acompañan el tránsito del caminante con ejemplares arbóreos muy vistosos y túneles de vegetación creados por las encinas.

Un área recreativa entre encinas anuncia estar en las inmediaciones de los grandes alcornoques o zufreiros. Longevos árboles que resultan de un aspecto extraordinario tanto por sus gruesos troncos como por la amplitud de sus copas. Deambulando entre ellos se descubre la fuente del Frade, donde se respira una atmósfera especial pues alrededor se congregan los zufreiros más admirables.

Los alcornoques, en tiempos antiguos, eran explotados para fabricar colmenas con el corcho o corteza de sus troncos y sus bellotas se aprovechaban como alimento para el ganado. Para preservarlos conviene no ascender a sus ramas ni dañar sus troncos de excepcional porte. Es la manera de contribuir a que mantengan la belleza natural y alargar su vida para disfrute de los que vendrán.

La senda en imágenes

Inspiración para tu viaje

Si hay que elegir un primer lugar que ver para comenzar la visita de Las Médulas qué mejor que hacerlo desde alguno de sus miradores.

Prepárate para visitar todos los que puedas porque guardan rincones de arquitectura tradicional surgida de los materiales del paisaje que los rodea.

La información personalizada que facilitan en función de los intereses de los visitantes, es la mejor manera de llevarse una estancia inolvidable.

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